Feliz día a los mejores amigos

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Soy despistada cuando de fechas se trata, por eso agradezco al universo que mi amiga Diana (www.mypastelmoon.com), me recordó que este lunes 23 de abril es Día Mundial del Libro, hoy se celebra a mis mejores amigos, los que siempre me acompañan, los que me hacen soñar y viajar. Cuando leo descubro mundos, personajes, me dejo llevar por la magia de las letras, quizás casi olvido este 23 porque para mi, todos los días son del libro (no recuerdo la última vez que estuve sin uno de ellos a un lado).

Se supone que este post debería ser especial, le di vueltas a la idea principal, al enfoque, sobre libros podríamos escribir y leer largo y tendido, pero este post vamos a mantenerlo sencillo, práctico, bonito. Por eso decidí escribir sobre los que considero son mis libros preferidos hasta el momento (ojo me faltan muchos títulos por leer que pueden ser mejores), pero los que aquí encontrarán – les aseguro – se han convertido en un antes y después para mi.

La lista a continuación está escrita con el orden en el que los libros llegan a mi cabeza, es decir, porque el 1 tenga 1 no quiere decir que sea mejor que el 5, o que sea mi libro preferido por siempre. Después de hacer esta aclaratoria, empecemos el viaje:

1- La Casa de los Espíritus: fue el primer libro que leí en un día. Isabel Allende cuenta lo vivido y sufrido en Chile en tiempos de dictaduras y revoluciones. Es una radiografía del delirio latinoamericano por el poder y los caudillos de izquierda o derecha. Está escrito magistralmente envuelve magia, locura, pasión, resistencia. Desde ese momento Isabel Allende se ganó un lugar en mi corazón.

2 –  El Principito: mundialmente famoso, el primer ejemplar que tuve me lo dio una tía y lo leí cuando era niña, pero fue después “de grande”, cuando comprendí el significado de cada letra, cuando supe que El Principito cayó en la tierra y dejó su asteroide para enseñarnos a vivir. Siempre vuelvo a él, no sé cuántas veces lo he repasado. Me gusta tanto que tengo un diseño inspirado en este libro – listo para tatuarmelo – además compré una edición especial que atesoro en mi casa.

3 – Confieso que he vivido: es la autobiografía de Gabriel García Márquez – quien de más está decir es uno de mis escritores favoritos – del Gabo he leído todo. TODO. Sus reportajes, sus cuentos, su niña amada Cien Años de Soledad, TODO, pero su autobiografía la viví de otra manera. Primero soy fanática de este tipo de libros me encanta saber más de esas personas que han hecho del mundo un lugar mejor ya por ahí este libro me atrapó, pero se volvió uno de mis preferidos porque lo leí cuando estuve unos meses en Francia. Había terminado el libro que llevé y mi tío me dijo “agarra cualquiera de la biblioteca” – casi todos estaban en francés – por eso elegí Confieso que he Vivido, aquí García Márquez cuenta todo lo que pasó hasta convertirse en quien fue y en quien será recordado. Lo mejor fue cuando leí sus vivencias como escritor exiliado en París, al día siguiente le dije a mi tío: haré el recorrido que hacía García Márquez por París. Y así hice, tomé el metro recorrí el barrio Latino, tomé café en Acropole y pasé por el hotel de Flandre. El Gabo vivió penurias en París, pero disfrutó la ciudad en otro nivel, el marcó a París, París a él y su autobiografía a mi.

4 – Las Aventuras de Juan Planchard. Jhonathan Jakubowicz logró que no me despegara de un libro por cinco horas y cuando lo hice ya lo había terminado. Empecé a leer las aventuras de este boliburgués a las 8 pm y a medianoche ya había llegado el final. Es un relato apasionante, lo viví como una película dirigida por Jhonathan, tiene diálogos construidos para dejarte la cabeza dando vueltas, los personajes son tan reales que sientes a Juan allí, leyendo contigo. Es de esos libros que retratan una realidad que muchos se empeñan en tapar, está catalogada como novela “ficción”, pero para mi Juan es real.

5 –  Vidas al Límite: en el post anterior les conté que amo a Juan José Millás, pues considero que ha llevado el periodismo al mismo nivel de la literatura. Es un genio de la pluma, un ejemplo a seguir, un “ojalá llegué a escribir como él”. En Vidas al Límite, se recopilan las mejores crónicas de Millás, cada una tiene un ingrediente secreto que te mantiene pegado, página tras página.

6 – El Libro de la Alegría: El Dalai Lama y el monseñor Desmond Tutu, son mis maestros en este arte de la alegría que he tratado de adoptar, en el vivir hoy. Este libro llegó en el momento perfecto y en este post les cuento sobre cómo ha cambiado mi perspectiva de la vida. Leerlo es hacerse un favor, es puro aprendizaje, agradecimiento y amor.

7 – La Verdad del Caso Harry Quebert: una historia escrita con cuidado, esmero, cada letra está allí para atraparte, nada sobra. Los personajes son tan distintos entre sí, algunos los amas, otros los odias, otros te intrigan. Suspenso de principio a fin. La vida de un escritor contada por otro escritor, escrita por otro, una novela como hilo conductor, la literatura como justiciera y como condena. Joel Dicker es el autor de esta maravilla y sin duda está en mi top de escritores favoritos.

8 – Toda Mafalda. Este libro llegó a mi vida como regalo. Mis amigos me lo dieron de cumpleaños, aprovecharon que uno de ellos estaba en Buenos Aires y lo compró. Siempre he sido fanática de Mafalda – mi mamá me dice que por eso soy tan rebelde – pero más que rebelde Mafalda es la representación de los ideales, de luchar contra lo que está mal en este mundo. El ejemplar que me regalaron es edición especial y como tal lo guardo, contiene todos los cómics de Mafalda hechos por Quino desde el primero hasta el último, es un libro hermoso. Siempre lo abro al azar y elijo leer la página que salga y siempre, siempre, es aprendizaje en su pura esencia

9 – Retratos y encuentros. Leer a Gay Talese es como ir a un museo, aprecias arte. Este periodista – al igual que Millás – hicieron de la crónica literatura y quizás por eso me atrapan. Escriben hechos reales y los convierten en magia. Aquí también se recopilan sus textos y te adentras a un Nueva York descrito por Talese, conoces a Sinatra y respiras glamour, literatura, respiras a Talese.

10 – Doña Bárbara. En esta época de “girl power”, Doña Bárbara sería la boss. Una mujer que hizo del llano venezolano su tierra, sus leyes, manejó la vida de todos, ayudada por magia, convertida en diosa. Rómulo Gallegos creó a esta mujer basándose en una historia real, Bárbara existió, Gallegos solo le puso su toque magistral y la convirtió en historia. Este libro guarda uno de mis párrafos preferidos – de todo lo que he leído – dice: “Llanura venezolana, buena para el esfuerzo como lo fue para la hazaña. Tierra bendita donde una raza buena ama, sufre y espera”.    

 

Son 10, pero les aseguro pudiera hacer esta lista muy larga.. Pero vamos a dejarla hasta aquí. Mientras la escribí estuve preguntándome cuál es mi libro preferido – hasta el momento – y realmente no me siento madura para tomar esa decisión es como si me pusieran a elegir entre mi mamá y mi papá, así que la respuesta es la misma: los quiero por igual. Los libros que han llegado a mi vida los quiero y recuerdo, también estoy abierta a seguir queriendo a estos amigos que nunca, nunca defraudan.

A ustedes, amigos, feliz día.  

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Cinco pasos para empezar a «comer libros»

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Tengo cierto amor por las frases dichas por grandes personajes de la historia, una de mis preferidas es de Jorge Luis Borges (y la he escrito en otros post, así de preferida es), Borges solía decir: “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído” y aquí otras sabias palabras, esta vez de Mario Vargas Llosa, “lo más importante que me ha pasado en la vida ha sido aprender a leer”, coincido totalmente con Vargas Llosa recuerdo que cuando aprendí a leer me sentí grande y descubrí en los libros otro mundo, uno donde imaginar es obligatorio.

Estoy lejos de ser una “come libros”, soy de las que no puede leer dos libros al mismo tiempo – esto me pasa porque me engancho tanto con las historias que no me gusta traicionarlas, debo terminarlas para empezar otra relación – pero permítanme decirles que no puedo andar sin un libro cerca de mi, mi sitio favorito es una librería, amo el olor a libro, el mejor lugar para leer es la playa, mi tesoro más preciado es una lámpara especial para libros, no puedo leer en otros formatos y en Amazon solo he comprado libros, en fin quizás sí esté cerca de comer libros.

Sin Rotativa es un espacio para escribir, leer y crear por eso este texto se lo dedico a la disciplina con la que he sido más consecuente en mi vida: la lectura.

A veces un pensamiento me genera ansiedad y es sentir que la vida es corta y no alcanzará para leer todo lo que quiero (sí, soy una dramática), pero dentro de este drama hay algo cierto. En los últimos meses no he tenido mucho tiempo libre, por eso he descubierto unas técnicas que me han servido para no dejar de leer. Son tan prácticas que me han permitido viajar por 8 libros distintos desde que inició 2018 – quizás no es un número muy sorprendente, pero yo me siento de maravilla con este ritmo –  si quieres volver la lectura una rutina en tú vida, aquí estos trucos.

 

  • Haz una lista. Si han leído post anteriores ya sabrán que AMO anotar todo, absolutamente todo y en mi libreta tengo una lista con los títulos de los libros que quiero leer próximamente y los que ya he leído los taché (ese respiro de felicidad que da tachar cosas cumplidas). Escribo el nombre, autor y el por qué lo quiero leer. Por ejemplo justo ahora estoy leyendo: Crimen y Castigo de Fedor Dostoyevski, porque es un clásico de la literatura universal y está valorado como la mejor novela psicológica de la historia. El próximo en mi lista es En la Boca del Lobo, escrito por el periodista William Rempel que narra la historia de Jorge Salcedo, el por qué quiero leerlo: porque los guionistas de la temporada 2 de Narcos (serie de Netflix), se basaron en este libro para crear la historia.
  • Aprovecha el tiempo. Esta quizás es la clave de todo. Si tengo 20 minutos libres al día busco mi libro de turno y leo, pero como generalmente ando haciendo otras cosas mi momento preferido es durante la noche – cuando solo hay silencio – abro el libro y todo es felicidad. Dedico una hora justo antes de dormir créanme es la mejor sensación, te olvidas de tus problemas y solo sufres con los de tus personajes o te pones a pensar en las teorías del libro que estás leyendo. El mundo exterior se borra por esa hora. También cuando salgo siempre cargo un libro conmigo, leo en cafés, restaurantes, centros comerciales, salas de espera, carros, aeropuertos, plazas, playas, cualquier minuto que tengas aprovechalo.
  • Usa el celular como motivación. Mi telefono es parte de mi, así de sencillo, no puedo mentir. Paso tiempo en Instagram – que es la única red social que uso – pero para no sentirme tan “mal” de desperdiciar algo tan preciado como el tiempo, mi feed está lleno de cuentas que tienen contenido de lectura. Sigo escritores, influencers que se dedican a inspirar con letras, periodistas, librerías, esto hace que siempre esté descubriendo libros por leer o me lleguen frases llenas de inspiración. Luego haré un post sobre estas cuentas que se deben seguir.
  • Compra libros. Tan sencillo como esto. Si de verdad quieres “obligarte” a leer destina una pequeña parte de tus ingresos a comprar esos títulos que te llaman la atención. Yo veo la compra de libros como una inversión en mí, porque cada página que leo me sirve para crecer y para escapar. Cuando veas que estás invirtiendo en ti se te hará muy fácil abrir el libro y entregarte a él.
  • Sigue tus gustos. Nunca me ha gustado que me obliguen – a nada – mucho menos a leer, quizás por esto detesto tanto a Paulo Coelho pues en la universidad tuve que leer 11 Minutos y de verdad lo aborrezco. Mis gustos de lectura son eclécticos, leo de todo – menos autoayuda, de verdad NO puedo – pero mi debilidad son los relatos basados en hechos reales, pero convertidos en literatura así como: Relato de un Náufrago de García Márquez, Retratos y Encuentros de Gay Talese o cualquier libro de Juan José Millás. También amo a los autores latinoamericanos Gabo y Vargas Llosa son mis amores, opuestos entre ellos, pero dueños de mi corazón, pudiera comprar también todos los libros de novela de suspenso que existan y cuando quiero leer algo “profundo” me voy por Henry Hazlitt y sus teorías económicas liberales, pero mi autor favorito es Joel Dicker desde que lo descubrí ha sido inspiración total. Por eso lo mejor que puedes hacer es leer sobre lo que te apasione, si te gustan los viajes, empieza con La Vuelta al Mundo en 80 días, para cada gusto hay un libro.

 

Les aseguro que estos tips pueden seguirlos y ver cambios en su rutina, recuerden que les puedo recomendar todo esto menos obligarlos a leer a Hazlitt.. Lean lo que quieran, lean, disfruten y compartan sus experiencias.. Mientras tanto los dejo porque Dostoyevski me tiene atrapada.

 

Trucos para enfrentar la página en blanco

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La escritura es creación. Cada letra puesta en el lugar correcto forma una oración que antes no existía, todo esto viene de tú cabeza y lo transfieres a un papel o a la pantalla de una computadora. Pero los textos son caprichosos, a veces pareciera se escriben solos, pero en otros momentos – por más vueltas que les des – sencillamente no puedes terminar una frase. Falta de inspiración, no consigues tú musa o simplemente tienes la enfermedad de la página en blanco. Sí, en blanco, frente a ti una hoja impoluta, no se te ocurre nada. En absoluto.

Es muy común que este bloqueo nos ocurra a las personas que nos dedicamos a transformar ideas en párrafos, pues – lamentablemente –  no somos una máquina de genialidad operativa las 24 horas. Ocurre generalmente por miedo, al fracaso, a escribir algo sin sentido o por desconocimiento de temas que quieran abordarse. Una imagen que se viene a la cabeza es la de ese escritor solitario peleando contras sus demonios acompañado de un lápiz y la temible hoja. Joel Dicker en “La Verdad sobre el Caso Harry Quebert”, hace de la enfermedad de la página en blanco el pilar fundamental de su narrativa, pero antes de sufrir como Marcus Goldman en esta novela puedes optar por poner en práctica estos trucos –  que me han servido – para invocar a mis musas cuando estoy en blanco. Porque este bloqueo no perdona a nadie.

 

  1. Que tu mejor amiga sea una libreta. La mía ahora es dorada con espirales, tiene un mes conmigo y ya he escrito en más de la mitad. Es tan importante que la dejo en la mesa de noche. Anoto todo. TODO lo que se me ocurre que pueda servirme para luego desarrollar un tema, justo estoy escribiendo esto y la tengo al lado. De pequeña me gustaba llevar diarios y pues puede ser que ahora haga lo mismo. Anoto hasta mis sueños, la letra de una canción, ideas que me llegan, conversaciones, diálogos de series. Si te acostumbras a tener una libreta como la mía puede ser tu caja inspiracional personal.
  2. Todos los días son para escribir. Encuentra un momento y dedícalo a soltar tus palabras, desde hace unas semanas he intentado hacer un writing sprint diario y me ha servido mucho para disciplinar mi escritura. De lo que sea, pero escribe de esta manera obligas a tu cerebro a trabajar y las ideas empiezan a llegar.
  3. Que suene la música. Soy muy mala cantando, pero amo lo que la música me hace sentir. Para muchos escribir y escuchar música no es viable, pero para mi es todo lo contrario. Cuando escribo con notas de fondo rindo mucho más, esta costumbre viene de cuando trabajé en un periódico, me ponía mis audifonos y olvidaba al mundo éramos el cantante elegido, mis ideas, la computadora y yo. Se puede decir que mis gustos musicales son eclécticos y cuando llega el momento de escribir – generalmente – opto por canciones en inglés, francés o portugués y me gusta muchísimo escuchar bandas sonoras de películas, un ejemplo es que mientras escribo este post suena el soundtrack de la película “La Vida Secreta de Walter Mitty”.
  4. Elige palabras al azar. Cuando quiero retarme busco por lo menos 5 palabras – que no tengan ningún tipo de relación – y escribo un texto donde las utilice todas. Tus neuronas se ponen a trabajar y sorprende como al final logras escribir algo bastante decente.
  5. Cambia de ambiente. Personalmente puedo escribir en cualquier lugar, en mi cuarto, en un café, en una librería, en una redacción, si no fluyen tus ideas es recomendable salir de la zona de confort y buscar otro sitio, prueba en un café con mucho ruido, música, personas hablando si logras concentrarte allí todo será más fácil.

Estos pequeños rituales son a los que apelo cada vez que quiero inspirarme y llenar la página de letras. Pero voy darte un truco extra y no es más que: lee, lee, lee de todo no hay mejor lugar que los libros y recordemos a Borges: “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”.

 

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