No se trata de recibir palabras de felicitaciones, que te den rosas hoy e insultos mañana, que te digan: que linda estás, pero que luego te sugieran quitarte esa falda porque es corta. Hoy y todos los días son para sentirnos libres, para vivir, para ser mujeres en nuestro mundo, para luchar por lo que tanto deseamos y para mandar al carajo eso que no nos hace bien.
Quizás el feminismo esté viviendo una época de renacimiento – sí, en pleno siglo 21 – pero desde que recuerdo me enseñaron algo muy importante: puedes ser lo que quieras, estudia, trabaja, cumple tus sueños, NUNCA DEPENDAS DE NADIE. Y así he vivido, con mis reglas. Soy mujer, ya al serlo vienen muchas características adheridas: trabajadora, soñadora, luchadora y otras tantas que ahora se me pasan.
A pesar que me crié en un ambiente donde no me sentí sobreprotegida por ser mujer, ni más, ni menos, la sociedad – a veces – pareciera no estar preparada para alguien independiente, para la “hippie”, rebelde sin causa, la que no tiene novio, la tatuada, la que tiene más maletas que zapatos y la que no sabe cuándo va a sentar cabeza. Pero, señores.. Nada más errado que meterse en la vida de una mujer, no estamos diseñadas para obedecer (sino que lo confirme Adán).
Soy rebelde, media loca, creo en mi y creo en cada mujer.. Por eso brindo – no con vino – brindo con letras y las tomo prestada de un genio:
Brindemos por las locas, por las inadaptadas
por las rebeldes, por las alborotadoras,
por las que no encajan,
por las que ven las cosas de una manera diferente.
No les gustan las reglas y no respetan el status-quo.
Las puedes citar, no estar de acuerdo con ellas,
glorificarlas o vilipendiarlas.
Pero lo que no puedes hacer es ignorarlas.
Porque cambian las cosas.
Empujan adelante la raza humana.
Mientras algunos las vean como locas,
nosotras vemos el genio.
Porque las mujeres que se creen tan locas
como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo hacen.
Jack Kerouac